ATK Epop con cuatro visiones del deseo, la resistencia y el sueño

El productor sevillano ATK Epop continúa expandiendo su universo sonoro con una serie de colaboraciones que exploran la emoción desde ángulos diversos. En Envidia Artificial, junto a Davi Sanz y Mara Vélez, construye un dueto electrizante donde las guitarras melódicas y la producción elegante sostienen una letra cargada de simbolismo.

La canción navega entre la presión externa y la sombra de la envidia, con versos como “El diablo está orgulloso de mí / Veo el odio en sus caras / Puedo sentir / La envidia artificial”, mientras el estribillo —“Lo peor está por venir / Un brindis por todos mis enemigos”— se convierte en un himno de resistencia. En paralelo, Dulce Infierno, tercer adelanto del disco conjunto con Álvaro Sanz, ofrece un viaje synthpop directo y sin filtros, donde el deseo y la contradicción se funden en melodías magnéticas. La letra transforma imágenes intensas —“la sonrisa como veneno, palabras que son cuchillos, llamas que abrazan”— en belleza sonora, celebrando el placer culpable con una producción que equilibra tensión y ternura.

La versatilidad de ATK Epop se reafirma en Que No (Mariachi Version), una colaboración con Amaia Pop que fusiona la tradición del mariachi con texturas electrónicas envolventes. La interpretación vibrante de Amaia y los arreglos poderosos convierten el tema en un alegato de autenticidad frente a los rumores, con un estribillo que responde con firmeza: “Yo les digo que no / Que lo nuestro es de verdad”. Esta propuesta inesperada y fresca demuestra la capacidad del productor para traspasar fronteras estilísticas sin perder coherencia emocional.

Finalmente, Marie, junto a la cantante francesa Marie Petit, cierra el ciclo con una pieza íntima y poética que se mueve entre el sueño y la revelación. La voz de Petit, delicada y evocadora, guía al oyente por un relato simbólico donde lo sagrado y lo profano se entrelazan, confirmando la sensibilidad artística de ATK Epop. Con estos cuatro lanzamientos, el productor sevillano no solo reafirma su dominio técnico, sino también su capacidad para transformar el conflicto en arte. Cada colaboración revela una faceta distinta de su búsqueda: la emoción como materia prima, el sonido como lenguaje, y la estética como acto de resistencia.

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