Leo Alanis se deja consumir en un giro inesperado en su nuevo sencillo La Quinta

Luego de explorar la introspección la búsqueda de identidad y el sarcasmo , Leo Alanis da un giro provocador con La Quinta, el cuarto adelanto de su próximo álbum. Esta nueva entrega es una inmersión sensual en el ciclo emocional de una despedida inconclusa, de esas que se repiten una y otra vez como una rutina conocida.

Escrita desde una experiencia íntima, La Quinta describe esa “última noche” con alguien que sabes que te hace mal, pero a quien no puedes resistirte. “Mismo cuarto, mismos gestos, mismas excusas”, confiesa Leo, con una honestidad que retumba. La canción fue presentada por primera vez en el mini festival de Morelia y luego como telonero del proyecto chileno Fármacos —y la reacción fue clara: el público se identificó, pidió su lanzamiento y le dio a Leo la confianza para compartirla con el mundo.

Musicalmente, La Quinta marca una evolución en el universo sonoro de Leo Alanis. Influencias de funk sensual, indie pop y una vibra disco se funden en una producción sofisticada, donde el bajo de Juan Pablo Rangel lleva el pulso narrativo y las guitarras eléctricas sutiles, cuerdas discretas y sintetizadores atmosféricos crean una textura envolvente. La producción estuvo a cargo de Vico Herrera y del propio Leo, quien procesó su voz con suavidad para sumergir al oyente en esta atmósfera entre lo prohibido y lo inevitable. El resultado: un tema adictivo que no solo seduce por su sonido, sino por su forma de mirar de frente esa rendición emocional que todos hemos sentido alguna vez. La Quinta no se escucha, se experimenta.

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