Sehore comparte Husfikbur: música para reflejarse, llorar poquito y reírse también

Tras obtener la Medalla de Plata en los Global Music Awards 2025 con Ladencia, Sehore regresa con Husfikbur, un segundo disco que no busca convencer a quienes no conectaron con el anterior, y mucho menos a quienes carecen de sentido del humor.

Este nuevo trabajo es como el cristal de un escaparate: permite verse reflejado, pero también mirar hacia un océano de recuerdos desordenados convertidos en música. Son historias perdidas, sueños que se repiten hasta volverse reales, y otros que, por cercanos, se deshacen. Husfikbur es una almohada para descansar la cabeza cuando la tristeza invade, y una invitación a derramar una lagrimita para dejar de llorar poquito a poco. El disco se adentra en terrenos conceptuales poco transitados en la música popular, empleando el kitsch —como lo analiza Umberto Eco— para intercalar armonías consonantes con disonancias sutiles.

Sehore explora distintos estilos musicales, tocando temas vitales como el sexo, la industria armamentista o los encuentros inesperados que surgen por el rumbo del destino. Grabado junto al mítico Paco Loco en Puerto de Santa María, masterizado por Mario G. Alberni en Kadifornia y publicado por MusicHunters Records, Husfikbur es una obra que no busca respuestas, sino preguntas que se disfrutan con calma. Estamos ante un disco que remueve conciencias sin solemnidad, que se ríe de sí mismo mientras nos invita a mirar hacia dentro. Sehore ha creado un compendio de canciones para oídos inquietos, para quienes entienden que la música también puede ser espejo, consuelo y provocación.

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