Tempest: Glitch Kill descarga un torbellino sonoro que explora vergüenza, la pérdida y la guerra interna.

Desde el corazón abrasador del Central Valley en California, Glitch Kill irrumpe con Tempest, una descarga de alt-metal que no se conforma con sacudirte: te atraviesa hasta los huesos con riffs afilados como cuchillas, un bajo atronador y una batería que golpea con precisión quirúrgica.

La banda crea un torbellino sonoro que explora la vergüenza, la pérdida y la guerra interna. La voz de Shane Leon se debate entre la furia y la poesía, construyendo un relato tan visceral como liberador. Líneas como “You can't move, you can't scream, you can't dream” no son solo letras; son lamentos crudos que resumen el colapso emocional con brutal sinceridad. Pero Tempest no se queda en la oscuridad. En medio del caos, emerge una verdad rotunda: se puede romper el ciclo, se puede gritar, y sobre todo, se puede sobrevivir.

Esta catarsis musical lleva la firma de una banda curtida por la experiencia—David “Crusher” Yanez, Travis Miller y Aaron Jones, quienes consolidaron su visión tras la disolución de Etched in Stone. Con la llegada de Shane Leon en voz y ahora Robert Cole como segundo guitarrista, Glitch Kill ha convertido el dolor en combustible, llevando su directo a escenarios de todo California, desde Sacramento hasta Santa Cruz. Con una trayectoria nacida en plena pandemia y una pasión que no se negocia, Glitch Kill no solo representa lo más feroz del metal alternativo: es prueba viva de que del derrumbe también nace la resistencia.

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