#Reseñas: Prosperidad #37: Enrique De La Rosa cierra un ciclo de vida de forma emotiva y poderosa con su primer disco solista
- Jose Angel Rincon
- 22 may
- 2 Min. de lectura

Enrique De La Rosa entrega en Prosperidad #37 un álbum debut que va más allá de una simple colección de canciones. Es un diario sonoro, una bitácora emocional filtrada por la experimentación, el jazz, el dream pop y la música electrónica.
Desde la introducción con MoonDust , se percibe una sensibilidad especial: atmósferas suaves, ritmos que fluyen sin prisa y una intención reflexiva que se mantiene a lo largo del disco. El álbum no sigue fórmulas convencionales; cada tema es una escena distinta, una vivencia. La Condesa y Glorieta de los Insurgentes muestran el apego del autor a la Ciudad de México, no como fondo sino como protagonista emocional, evocada en paisajes sonoros que invitan a caminar, observar y sentir. El álbum alterna momentos íntimos e introspectivos con pasajes más vibrantes. Broken Arms y Sorry, I Don’t Have Energy descienden a territorios personales y etéreos, mientras que Microbús marca una ruta nocturna llena de movimiento y pulso urbano. La riqueza instrumental se vuelve un eje fundamental; guitarras, bajos y saxofones dibujan las emociones de Enrique con una producción sobria y elegante a cargo de Martin Brandt.
Canciones como Doña Catalina y Tacos de Patriotismo (Los Mixes) combinan texturas electrónicas con funk o ambient, capturando momentos simples —como una conversación o el sabor de unos tacos— y elevándolos a través del sonido. Son piezas que se sienten vivas, como recuerdos que no solo se escuchan, sino que se palpan. La voz aparece de manera puntual, y cuando lo hace, golpea con fuerza emocional. It’s All About You es una balada soul que expone el anhelo y la vulnerabilidad con honestidad desarmante. En Nunca Me Miraste, junto a Andrés Cordero, el dream pop se fusiona con una narrativa sobre la pérdida y el dolor de un amor que no fue correspondido. Las colaboraciones no son solo adornos: Loop City, Zerujio, Yirman Jiménez, Yamil Soleibe, entre otros, se integran al universo de Enrique aportando matices que enriquecen su propuesta sin diluir su voz autoral
The Yirman Song (48 Horas) con su saxofón melancólico y Andrea , instrumental de añoranza suspendida, completan ese equilibrio entre lo emocional y lo atmosférico. El cierre con 10 de diciembre de 2018 es simbólico y preciso: una despedida orquestal, casi cinematográfica, que cierra el ciclo con la misma honestidad con la que comenzó. Prosperidad #37 es más que un primer disco: es una declaración artística, un punto de partida cargado de memoria, de ciudad y de emociones sinceras. Enrique De La Rosa ha creado una obra que no busca respuestas fáciles, sino acompañar los silencios y las preguntas de quienes se animen a entrar en su mundo. Con este debut, confirma que su camino musical apenas comienza, pero ya tiene voz propia.
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